El cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo, pero podemos prevenirlo si seguimos una buena alimentación.
En los últimos años un gran número de estudios científicos ha comprobado que al comer adecuadamente y llevar un estilo de vida más sano se puede prevenir la aparición de esta enfermedad.
La fibra, las vitaminas y algunos minerales actúan como protectores contra el cáncer mientras que el abuso en el consumo de grasas, carnes rojas y de productos procesados, al igual que algunas formas de cocinar como la barbacoa, ahumados o salados ayudan al desarrollo de este padecimiento. O sea, a grandes rasgos puede decirse que los alimentos vegetales reducen el riesgo de cáncer.
Los antioxidantes
El cáncer está relacionado con un incremento en las reacciones de oxidación en nuestro cuerpo, las cuales originan ciertas moléculas llamadas “radicales libres” que atacan a los tejidos como si los bombardearan, ocasionándoles un gran daño. La buena noticia es que existen otras substancias llamadas antioxidantes cuya función es neutralizar la acción de los radicales libres.
Las frutas, los vegetales y los cereales integrales son alimentos ricos en antioxidantes. Algunos ejemplos de antioxidantes y de alimentos que los contienen son los siguientes:
- Vitamina C: Limones, naranjas, kiwi, fresas.
- Vitamina E: Aceites vegetales, nueces, cacahuates o maní, aguacate o palta.
- Betacarotenos: Zanahorias, pimientos, tomates (jitomates).
- Selenio y zinc: Hongos, cereales integrales, leguminosas, levadura de cerveza.
La fibra
Las personas que comen más fibra tienen menos riesgo de desarrollar cáncer e, incluso, se ha observado que los vegetarianos tienen mucho menor riesgo de cáncer que los que comen carne. La fibra es la porción indigerible de los alimentos y su principal fuente son las frutas, los vegetales, los cereales integrales y las leguminosas (frijoles y similares).
Las grasas
Una dieta alta en grasas está relacionada con un mayor riesgo de padecer cáncer, especialmente las de origen animal, por lo que debes tratar de disminuir tu consumo de grasas, evitar los alimentos fritos, las carnes rojas, el tocino, la mantequilla o la crema. Las grasas “buenas” que se recomienda consumir son los aceites vegetales (sobre todo el aceite de oliva y de canola), el aguacate y las semillas oleaginosas como nueces, cacahuates o maní.
La obesidad
Por desgracia la obesidad nos causa un gran número de problemas de salud y entre ellos está el aumento del riesgo de cáncer. Así que es muy importante tratar de mantenerse delgado y hacer ejercicio todos los días.
A continuación te damos algunas recomendaciones prácticas para mejorar tu alimentación y ayudarte a prevenir el cáncer.
- Trata de mantenerte delgado.
- Dedica una hora al día a practicar actividades aeróbicas como caminar, correr, andar en bicicleta, nadar, jugar tenis o bailar, entre otras.
- Come todos los días y durante todo el año cinco o más raciones de vegetales y frutas variadas.
- Come diariamente seis raciones o más de cereales (arroz, avena, productos de trigo, productos de maíz), leguminosas (frijoles y similares), raíces y tubérculos (papas).
- Evita consumir alimentos procesados en exceso.
- Consume poca azúcar.
- Modera tu consumo de bebidas alcohólicas.
- Come menos de 90 gramos (3 onzas) de carne roja por día y dale más preferencia a la carne blanca como pollo o pescado.
- Trata de comer pocas grasas, sobre todo las de origen animal.
- Evita los alimentos muy salados y quita el salero de la mesa.
Comer sanamente te ayudará a mantener tu salud y a alejar el fantasma de las enfermedades, vale la pena el esfuerzo, ¿no crees?